miércoles, 3 de marzo de 2010

Niños


¿Por que los niños siempre dicen la verdad? No lo se, pero simplemente me intriga demasiado esta pregunta. ¿Por que las personas se corrompen al crecer? ¿Por que la sociedad en la que vivimos es tan hipócrita y racista? Si todos tuvieramos la mentalidad de un niño pequeño, el mundo sería perfecto. No existirían ni siquiera las mentiras "piadosas", simplemente hay que llamar a las cosas por su nombre.
El concepto de maldad en un niño pequeño no existe y aunque tal vez, de vez en cuando hagan alguna travesura... aun asi los deberiamos tomar como modelos a seguir.
Muchos padres ni siquiera se dan cuenta de la maravilla que son sus hijos, y enfrascados en su egoísmo solo trabajan, trabajan y trabajan, dejando sin cuidado a sus pequeños o en una mala guarderia, ya que ambos trabajan. Creen que comprandoles todo lo que quieren, sus hijos serán felices, incluso les compran cosas que creen que quieren, aunque realmente no es cierto. Un niño no necesita el nuevo ipod, ni el último celular, ni el Wii, ni las otras mil consolas, ni juguetes, ni chocolates y dulces, ni nada de eso para seguir viviendo. Lo que realmente necesita cualquier niño es a sus padres presentes en su desarrollo, necesita tambien su atención y todo su cariño, necesita que no lo esten siempre comparando con sus hermanos porque lo hacen sentir inferior. En pocas palabras necesita amor y el amor no se puede comprar.

Les dejó unos cuentitos que a mi me hicieron reflexionar mucho, espero les gusten.

-¿Papi cuánto ganas por hora?, con voz tímida y ojos de admiración un pequeño recibía a su padre al término de una jornada de trabajo.
Su padre dirigió un gesto al niño y repuso: -Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce… no me molestes que estoy cansado.
-Pero papi, -insistió- dime por favor... ¿cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa, pero sólo contestó: -$10 pesos la hora.
-¡Papi!... me prestas $5 pesos?, preguntó el pequeño.
El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al pequeño le dijo: -Así que ésta es la razón de saber cuánto gano?...vete a dormir y no molestes, muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre había meditado lo sucedido y se sentía un poco culpable despues de tratar tan mal a su hijo. Tal vez su hijo quería comprar algo; en fin, queriendo descargar su cargo de conciencia, se asomó al cuarto de sus hijo.
-¿Duermes hijo?, preguntó el padre.
-Dime papi, contestó entre sus sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste, respondió el padre.
-Gracias papi, contestó el pequeño, y metiendo la manito debajo de la almohada, sacó otras moneditas.
-Ahora ya lo completé… tengo $10 pesos, me podrías vender una hora de tu tiempo papito?, preguntó el niño...
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Un padre de familia acaudalada llevó a su pequeño hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que viera cuán pobres eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un día y una noche en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: -¿cómo te pareció el viaje?
-Muy bonito papá.
-¿Viste qué tan pobre puede ser esa gente?
-¡Sí!
-¿Y qué aprendiste?
-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro… nosotros tenemos una piscina que llega a una pared a la mitad del jardín… ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio… ellos tienen la luna y las estrellas.
-Nuestro patio llega hasta la pared de la casa del vecino… ellos tienen un horizonte de patio. Ellos tienen tiempo para conversar y para estar en familia… mientras tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y por eso casi no los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó: -Gracias papá por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser.


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